Este blog nació para hablar de Marbella, de su historia, cultura, tradiciones, de sus fiestas y de la actualidad. Le quise dar un enfoque únicamente positivo, esta perspectiva positiva seguirá, pero llevo tiempo dándome cuenta que es totalmente imposible para que este blog siga vivo, seguir sin escribir sobre la realidad, que no siempre es positiva. La realidad de una ciudad es el conjunto de todo lo bueno y lo malo que ocurre en ella y no mostrar estos hechos es una forma de negar dicha realidad y puedes llegar a caer en una auto censura por no querer escribir sobre ciertos temas porque puedan resultar demasiado crudos. Todo el mundo sabe que hay diferentes Marbellas paralelas, la del lujo, la de las necesidades y la de la mayoría social. La del lujo es la imagen supérflua que se muestra en la prensa, esta Marbella da trabajo a muchos ciudadanos y que siga siendo así siempre respetando los derechos de los trabajadores, pero se abusa de esta visión, ocultando otras más interesantes y que también nos darían riqueza. La Marbella de las necesidades existe en todas las poblaciones desgraciadamente y sí también en esta ciudad, cada vez más gente se engloba en este grupo. Para la mayoría social ambas Marbellas son desconocidas y yo la definiría como los que tenemos la suerte de tener un trabajo y salir adelante con más o menos esfuerzo. 

Hablar sobre una ciudad y su gente es hablar de política la mayoría de las veces, el ser humano es un animal político desde que se levanta hasta que se acuesta. Es la primera vez que hago uso de esta palabra en mi blog y aunque tenga connotaciones negativas para la mayoría de la población gracias a muchos políticos que se han dedicado o dedican a ella y no han sido el mejor ejemplo a seguir, es necesaria en el presente para poder cambiar las cosas tanto desde la ciudadanía, como desde dentro de la política con los que se dedican honradamente a ella. 

Después de haber luchado en la plataforma contra los rascacielos, seguir construyendo ciudad desde la asociación Marbella Activa, continuar peleando en otras plataformas y colectivos y haber tenido que hablar con tantas personas para conseguir un objetivo u otro, te das cuenta del miedo que tienen a expresar lo que sienten públicamente. Unos porque tienen un negocio y no quieren opinar sobre sus gobernantes por no perder clientela que no sea afín a su forma de pensar o asociaciones que no quieren alzar la voz por miedo a perder una asignación económica. Estamos en un país todavía invadido por el miedo, causado por la poca tolerancia entre personas, por períodos negros de nuestra historia que todavía no han sido olvidados y por los que nos gobiernan. Si toda la ciudadanía nos pusiésemos de acuerdo a la vez para expresar todos nuestros pensamientos sin ningún tapujo, cambiaríamos esta sociedad de la noche a la mañana.