La Historia no se repite, pero rima.

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En el S.XX con la I Guerra Mundial y la gripe española se entró en una progresión de crisis económica que provocó la gran depresión. La democracia retrocedió y el nacionalismo avanzó a pasos agigantados y el mundo se resquebrajó en la mayor guerra de su historia. Unos veinte años después llegó la II Guerra Mundial, tras ella, los países pusieron de lado sus diferencias y se crearon organizaciones para promover la gobernanza, paz y seguridad global. Avanzó la cooperación entre países. Se integraron economías. Y así, se evitó una nueva guerra mundial.

Ojalá haya una reacción parecida a la que hubo después de la II Guerra Mundial con un Plan Marshall. Pablo Iglesias hace varias semanas se refirió a lo necesario de aprobar una Tasa de Reconstrucción en nuestro pais, aplicando un impuesto a las grandes fortunas que estarán deseando contribuir con su solidaridad a las arcas públicas. Una de las mejores noticias desde hace unos días, ha sido la inyección de 600.000 millones de euros del Banco Central Europeo para su programa de ayuda contra el covid-19

No es la primera vez que sufrimos una situación extrema y complicada como la que atravesamos con el coronavirus. Como dijo el escritor Mark Twain:»La historia no se repite, pero rima», y se demuestra una vez más, que después de crisis derivadas por diferentes causas, hay pobreza, hambre, tensiones políticas, protestas en la calle que pueden acabar en conflicto armado y revueltas. También se encuentran grupos políticos intentando aprovecharse de la desgracia ajena para controlar a la población más vulnerable, como está ocurriendo con ciertos partidos más preocupados en aparentar y practicar la beneficiencia para aprovecharse de los más desfavorecidos intercambiando comida o ropa por cierto tipo de favores, que tengan que ser devueltos en forma de sobre en una urna.

Por primera vez en España el gobierno de coalición PSOE-Unidas Podemos aprueba el ingreso mínimo vital, una renta mínima que llegará a 850.000 hogares y más de dos millones de personas. Va desde los 461 a los 1.100 euros al mes, según la situación de quien lo pida. España se suma a más de veinte países en Europa que ya lo tenían. A partir del 15 de Junio personas entre 23 y 65 años podrán solicitarla.

La reacción de partidos de la oposición no se ha hecho esperar, ha sido diversa y muchas veces hasta cambiante y contradictoria, pero lo que más ha sonado ha sido la crítica destructiva por aprobar una paguita para vagos, okupas y maleantes. No estoy en contra que ciertas asociaciones ayuden a la gente que lo necesita y quien quiera y pueda colabore con ellas, lo que debería estar realmente prohibido y perseguido, es que ciertos partidos políticos presuman de ayudar a los vulnerables para luego pedir favores a cambio. Y es normal que estén tan molestos al estar quitándole el gobierno mecanismos de control para tener gente agradecida, sin capacidad de respuesta económica, sin herramientas para defenderse ante esta crisis y siendo dependientes de alguien que los tenga que ayudar. Están tan indignados que cuando alguien en redes sociales alaba esta medida salen los bots, trolls e influencers patrióticos de pacotilla insultando, como le ocurrió a Paula Vázquez que recibió amenazas, la llegaron a llamar mugrosa y como no, puta, una palabra muy usada por cierto perfil machista para insultar a una mujer.

Para muchos, el Estado es mejor que no se meta en esos menesteres porque el ingreso mínimo vital además pone en un aprieto a los empresarios explotadores que dan puestos de trabajo sin respetar ningún convenio, por una miseria de sueldo y gracias a esta ayuda, les va a costar mucho más esfuerzo encontrar a alguien dispuesto a aceptar sus precarias condiciones y se verán obligados a mejorarlas beneficiando a aquellos empresarios que cumplen escrupulosamente las normas. Aquellos que incumplen, son los mismos que se quejan todos los días de lo asfixiados que están por culpa del gobierno, mientras incumplen sistemáticamente con los derechos fundamentales de sus trabajadores y les siguen pagando una ruindad con el fin de recoger las máximas ganancias para sus bolsillos. Son los mismos que si tienen oportunidad evaden impuestos cobrando en b y son los primeros que ponen la mano para recoger beneficios de su empresa, pero cuando están atravesando momentos difíciles como ahora con el coronavirus, vienen con la exigencia que el gobierno los rescate con dinero público. No me gusta generalizar, porque no todos los empresarios son iguales, hay muchos que cumplen con sus obligaciones y son ejemplares, son los primeros que salen perjudicados por la mala praxis de otros.

La aprobación del ingreso mínimo vital es un hito que va a permitir a la gente vivir con más dignidad y no tener que hacer cola para conseguir un plato de comida siendo señalados públicamente, se les ayuda a no tener que aceptar puestos precarios para tener que comer o a mantener su privacidad.

Tenemos muchos ejemplos en Europa con más de veinte países donde ya existe desde hace tiempo esta prestación y muchos de ellos se distinguen por tener una tasa muy inferior de paro que en España, así que el cuento que es una paga de vagos cae por su propio peso.

Pago mis impuestos felizmente para que exista el derecho de pedir ayuda al Estado cuando se pase por una situación difícil, no para que rescaten a los bancos, si no para que rescaten a las personas cuando éstas lo necesiten, por ello, es fundamental pagar nuestros tributos en España, eso sí qué es practicar patriotismo y ser buena española y español.

 

 

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