El viernes pasado por la mañana me asaltaron unas imágenes que se repetían en diferentes grupos de WhatsApp. La Plaza de los Naranjos. Otra masacre con la vegetación. No podía ser, encima en nuestra plaza, la más internacional traducida a varios idiomas.
He buscado el proyecto de la supuesta rehabilitación y mejora a conciencia, pero ni lo he visto antes de este hecho, ni después, donde debería estar publicado. Tampoco existe nada en prensa difundido previo a ese día. Transparencia 0. La transparencia consiste en publicar en el boletín y web oficial correspondiente, pero no es suficiente, aparte de eso, hay que comunicarlo y difundirlo en la prensa antes de la actuación, no únicamente el mismo día del inicio de la obra. Desafortunadamente así nos enteramos una vez más, y también por David Caracuel que cuando se encontró todo arrasado, nos llegaron sus fotos.
El asunto central es que si hubiera existido participación ciudadana, no se hubiera producido tanto rechazo. Pero es mucho pedir a un gobierno municipal que cerró en un cajón un proyecto como los presupuestos participativos que parece que le generaba mucho trabajo. La participación ciudadana se convierte en una molestia para los actuales dirigentes, tanto por el tiempo que requiere, como por la dedicación, pero es imprescindible para cualquier proyecto municipal, a fin de que la gente aporte sus ideas para mejorarlo y no se produzca oposición directa e incluso malentendidos.
Si a los que habitamos en el municipio nos hubieran brindado la posibilidad de participar, quizás se hubiese decidido emplear ese dinero en otra obra más necesaria, o para un fin más urgente. Como tantos problemas que hay ahora con la pandemia, con ayudas a gente con necesidades, desempleados, autónomos o pymes, que tan mal lo están pasando, y es sólo un ejemplo. Pero hemos visto que no es el estilo del Partido Popular en Marbella.
El destrozo que se ha hecho en los jardines es importante, una vegetación que quitan con las excusas una vez más de molestar, esta vez, a otros árboles y ser hogar de roedores, olvidando a otros seres vivos como aves o insectos que tampoco cuentan. Una vegetación de setenta años de edad que tenía un aspecto inmejorable, que dicen tener agotada su vida útil y alguien decide borrar de un plumazo. ¿Quién decide la vida útil de las plantas?
Plantas como las yucas, que se hacen más altas que muchos árboles y que a la vista pueden ser consideradas como tal. Y más y más pretextos son los usados, como no haber talado ningún naranjo porque el resto de escabechina no cuenta, aunque hablan de cuatro que han muerto, sin aclarar cuándo. ¡Qué poca sensibilidad del concejal y de los que piensan como él!


Un supuesto proyecto que se muestra en prensa ese mismo día y añade varias infografías que quita color verde a la plaza y resta toda la personalidad del sitio histórico, haciendo desaparecer los bancos de piedra y de hierro de las imágenes publicadas, no sé si también de la realidad. No sabemos si la actuación reúne todas las garantías arqueológicas al producirse en un sitio histórico con protección. No sabemos si se ha hecho un estudio paisajístico, botánico, social y cultural previa a la actuación por ser un espacio singular. No sabemos nada, tan sólo que han arrasado.
Estoy cansada de esta forma de actuar, esta vez nos hemos enterado porque ha tocado en nuestra plaza. ¿Os imagináis lo que pueda estar ocurriendo en el resto del municipio y no nos estemos enterando? No quiero ni pensarlo y ahora con la pandemia que salimos menos, mucho peor.
Comparto con ustedes la recogida de firmas en change.org que es de todos y todas los que coincidáis con mis argumentos. Firmad aquí e inundad las redes compartiendo la petición para mostrar al Ayuntamiento nuestra disconformidad con lo que han hecho en nuestra plaza, hacerles rectificar y no se produzcan más situaciones como estas en un futuro.