¿Y ahora qué?

 

 Todas las reivindicaciones de las mujeres que salimos a la calle el pasado #8M eran políticas. Desde exigir igualdad de salario hasta que el Pacto de Estado contra la violencia machista despertara e implementara medidas eficaces. Todas las huelgas sean del tipo que fueren, son políticas.  Por eso no entiendo la aversión a lo político y a los que se dedican a ella, que nos quieren implantar los voceros que salen en los medios de comunicación directamente relacionados con partidos políticos vinculados a la derecha y nos quieren lavar el cerebro. Estarían contentos si las feministas nos dedicáramos sólo a salir a las calles a divertirnos ciertos días al año y no hacer ningún tipo de protesta, pero afortunadamente no es así.

 Tenemos que pensar si casi un año después del 8M de reivindicaciones al gobierno de Rajoy, la marea feminista ha conseguido sus objetivos.

1. ¿Ha desaparecido la brecha salarial?

2. ¿Se ha tomado alguna medida para que las pensiones sean igualitarias?

3. ¿Al Pacto de Estado contra la violencia machista se le ha dotado de medios y recursos para que se puedan aplicar políticas reales?

4. ¿Se ha hecho algo para que se haga justicia ante agresiones sexuales y violaciones? 

Se me ocurren muchas preguntas más, pero mi contestación a las dos primeras es un «no» rotundo. A la tercera, se han llegado a acuerdos por mayoría en el Congreso con el gobierno de Sánchez para la tramitación de leyes LGTBI y medidas urgentes del Pacto contra violencia machista pero corren peligro, porque ayer mismo el presidente convocó elecciones generales para el 28 de Abril y ante esta convocatoria, el día 5 de marzo se disolverán las Cortes y las medidas que no hayan sido aprobadas por el Parlamento decaerán y deberán volver a empezar todo el proceso, ya en la nueva legislatura. Ayer Unidos Podemos pedía aprobar por decreto estos acuerdos antes del 5 de Marzo, porque de lo contrario sería tirar a la basura un trabajo crucial para la mitad de la población de este país. A la cuarta pregunta, iban a presentar en el Consejo de Ministros de este mes un anteproyecto de ley orgánica de modificación del Código Penal para la protección de la libertad sexual de las ciudadanas y ciudadanos, eliminando el abuso sexual y suprimiendo penas de multa para los delitos sexuales, proponiendo penas de prisión para todos, pero finalmente creo que el Gobierno no la ha presentado porque ninguna noticia he encontrado al respecto. Es importante que antes de finalizar esta legislatura dejen aprobadas estas dos últimas medidas y ojalá se aprobaran otras más porque hay muchos siglos de atraso en igualdad real.

La protesta en la calle es fundamental pero hay que canalizarla hacia las instituciones a través de los partidos políticos que tengan el feminismo en el centro de sus políticas y lo realmente efectivo es que el movimiento feminista entrara en esos partidos para impulsar los cambios desde dentro, porque de esa forma, nos dejarán sólo las migajas. No me conformo con un feminismo de actos públicos como por ejemplo de organización de exposiciones de mujeres artistas o de charlas de diversas temáticas donde mujeres expertas participen .

Muy a pesar de la batalla de la derecha en dividir al feminismo y desinformar a la gente para sembrar dudas y crispación entre mujeres y hombres, el movimiento feminista ha conseguido un año después, marcar agenda política y estar presente e influir en los medios de comunicación. Pero hay que ir a lo importante, a cambiar las políticas desde las instituciones y para eso el movimiento feminista tiene que ser partidista, elegir el que defienda nuestros derechos y desechar a aquellos partidos de la derecha (C’S, VOX y PP) que quieren atentar contra ellos. En mi opinión, este es uno de los principales retos y aún queda la mayoría del trabajo por hacer.

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