
Ayer no escribí porque estaba de huelga, por eso estas líneas salen esta semana un poco más tarde. Fue día de vindicación feminista en la calle y no pude dejar de estar en otro sitio. Tras la resaca del #8M del compartir emociones, vivencias y después de haber sido una de las responsables de la organización de la concentración en #Marbella, estoy muy orgullosa de todas nosotras las que formamos parte de la coordinadora y de las dos asociaciones: Café Feminista y Marbella Feminista. Es muy grande el ejemplo transmitido de unidad al resto de la ciudadanía, con mujeres muy diferentes entre sí y cada una con su reivindicación, como el colectivo de limpiadoras del Ayuntamiento, que mejor día como el de ayer para seguir reclamando su jornada completa.
El #8M no se queda en el recuerdo, no sólo va a servir para seguir fortaleciendo la lucha feminista si no para lanzar un mensaje firme y claro a cualquier partido de las tres derechas que quieran arrebatarnos nuestros derechos: nos tendrán enfrente. Porque conozco sólo un tipo de feminismo, es el que lucha por la igualdad real 50% mujeres, 50 % hombres, no hay otro, por mucho que te lo quieran hacer ver. No me hace falta que me den un decálogo de feminismo liberal inventado, que me sirva de guía y me recuerda a una versión adaptada a nuestros tiempos del Manual de la Buena Esposa de los años 50 por la Sección Femenina perteneciente a la Falange Española. Son muchos los sentimientos encontrados ayer y muchas imágenes que me hicieron ver que todavía hay un rayo de esperanza, que hay una semilla muy fuerte plantada y que crece entre las más jóvenes para construir entre todos una sociedad feminista.

En Marbella decidimos leer el manifiesto de la coordinadora de Málaga, un manifiesto que se posiciona claramente «en contra de todas las formas de explotación sexual y de reproducción que comercia con seres humanos y con el cuerpo de las mujeres» queríamos claramente trasladar nuestro apoyo desde aquí al trabajo que se hace en la capital.
Por la tarde, la manifestación de Málaga se vivió con un recorrido, aunque mucho más amplio que el año pasado, muy caótico, que las autoridades cambiaron sobre la marcha por unas obras que obstaculizaban el paso al previamente consensuado con la coordinadora e hicieron dispersarlo por calles de la Malagueta, aunque gracias a la improvisación de las propias manifestantes y a grito de ¡Este recorrido es un timo! ¡ Vamos a Calle Larios! se decidió dirigir al Paseo del Parque y ocupar absolutamente todo el paseo a lo ancho y lo largo, demostrando una imagen mucho más numerosa que la del año pasado y compacta.
La lucha feminista ayer tocó en la calle pero el resto de días del año tiene que estar en las instituciones para reforzar y crear leyes nuevas y dotar a la administración de medios y recursos para que éstas se puedan aplicar. Esto se consigue desde dentro de la política, siendo muy importante que las mujeres nos involucremos más y es imprescindible llevar iniciativas desde los propios partidos que defiendan la igualdad real para poder hacer efectivas estas reivindicaciones.