Recuerdos de la Alameda

 Han pasado unos cuarenta años desde el primer recuerdo de la Alameda que conservo en mi mente. En la década de los ochenta, tenía tres o cuatro años y mi madre me llevaba de paseo cogida de la mano a todos lados.

 Avanzábamos por el Paseo Marítimo y atravesábamos el antiguo Parque de los Enamorados, actualmente la Avenida del Mar, hasta llegar a la Alameda.

 El Parque de los Enamorados lo acabaron de abandonar, para destruirlo en época de GIL y convertirlo en otra plaza dura casi sin vegetación, de caros materiales artificiales, donde refugiarse del sol los veranos es una odisea. 

 Imaginad el porqué del «amoroso» nombre del desaparecido parque. Me encantaba perderme entre sus setos, jugar entre las flores y corretear por el espacio laberíntico de vegetación con suelo de albero.

 Después subíamos a la Alameda e íbamos a visitar a mi bisabuelo Salvador Rivas Ortega (el hombre del centro), que por las mañanas se reunía con sus amigos a parlamentar de lo que ocurría en el pueblo y a intentar arreglar todos los problemas. 

 Me acuerdo del día que mi madre le hizo esta foto. Como de costumbre mi bisabuelo, se encontraba hablando con sus compañeros de tertulia, alrededor de la antigua fuente histórica del 1762 y ella, situada cerca de la Pila les fotografió. En mi memoria, aún resuena su voz, el sonido del agua y siento el frescor que me proporcionaba la sombra de los árboles.

 Mi madre me soltó la mano y me dejó junto a mi padre, para coger la cámara de fotos, enfocar con el objetivo y disparar. 

 Mi bisabuelo Salvador vivía en la calle Muro, muy cerca de su punto de encuentro matutino. De hecho, cada vez que iba a visitarlo y no se encontraba en su casa, le preguntaba a mi bisabuela Frasquita, si estaba en la Alameda y recuerdo como ella casi siempre asentía con la cabeza.

 Entonces le pedía que me acercara donde estaba él. Y allí me llevaba a verlo. 

 Este es mi primer recuerdo de la Alameda, unido al de mi bisabuelo que pude estar con él durante los primeros trece años de mi vida. 

 Mi último recuerdo de la Alameda no es tan dulce, es del sábado pasado, donde vecinos y vecinas nos concentramos para salvarla de las garras exterminadoras y oscurantistas del Ayuntamiento del PP, porque se han propuesto talar y quitar mucha de la vegetación de los parterres, unas 1900 plantas de mirto, ya arrancaron de raíz. Seguro que mi bisabuelo junto a otros antepasados y sus colegas de tertulia, hubieran apoyado también la movilización.

 Un Ayuntamiento que no cuenta con la participación ciudadana y no ha elaborado proyecto unitario para que se den todas las garantías de transparencia y libre concurrencia, se puede definir como turbio. 

Han fragmentado la llamada “rehabilitación integral” en cinco contratos menores, para burlar el tener que dar explicaciones y poder darlos a dedo. El pasado viernes la candidata del bloque de las confluencias de izquierda y coordinadora local de IU, presentó denuncia en fiscalía. El Ayuntamiento que se sepa, aún no ha facilitado de momento, la información sobre los contratos menores a ningún colectivo, ni partido que lo hayan solicitado.

Deseo el mejor proyecto para la Alameda, eso sí sin talas, pero las propuestas para el paseo no debe surgir de ningún partido político concreto, si no estaría haciendo lo mismo que el que nos gobierna, tiene que ser producto del consenso y aportaciones de la gente, fruto de la participación ciudadana.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.