Acaba de pasar Octubre, el final de la temporada de uvas. Por esto mismo, porque es en ese mes cuando la uva está en su mejor momento de madurez, os voy a dar esta receta que se ha hecho en Marbella durante siglos. Es de esas recetas que se pierde en la noche de los tiempos.
Ingredientes.
-Uvas.
-Aguardiente seco y si se quiere mezclar, mitad seco y mitad dulce.
-Un bote de cristal (lavado con agua y jabón y hervido en agua para desinfectarlo).
-Un trozo de canela en rama.
-Cuatro clavillos.
Preparación.
Lavar bien las uvas, sean blancas, negras o pasas. Ponerlas en un escurridor para que escurran muy bien. Con las manos muy limpias y con las tijeras desinfectadas se van cortando una a una con rabitos y las vamos poniendo sobre un papel de cocina para que absorba el resto de humedad. Encima poner otro papel de cocina con el mismo fin para que queden muy secas.
En un bote de cristal ponemos un trozo de canela en rama y cuatro clavos de olor. Vamos rellenando el bote con las uvas blancas, negras o pasas. Si vais a poner pasas rellenar el bote sólo a la mitad (porque cuando las pasas vayan empapándose de aguardiente se hincharán y ocuparán el resto del bote). A continuación echamos el aguardiente, hasta arriba, cerramos el bote con la tapadera y a dejarlo reposar en un lugar oscuro y fresco. Mover el bote cerrado un poco cada semana. Si veis que se va evaporando el aguardiente y va bajando el líquido, rellenarlo con más aguardiente.
En 45 días están listas, pero podéis dejarlas más tiempo. Si las hacéis en estas fechas estarán perfectas en Navidad. Es muy buen digestivo para después de las comidas, un chupito de aguardiente con su uva dentro. Y una exquisitez para acompañar el café.
Como dato anecdótico, tuve la suerte de conocer a una señora que vivió en un cortijo la mayor parte de su vida y tenía por costumbre sustituir el azúcar para endulzar el café, que tomaba después de comer, por media cucharadita pequeña de este aguardiente. La señora falleció a los 102 años habiéndose conservado muy bien tanto fisicamente como mentalmente.
Os animo a hacer esta receta tan fácil y tan de esta tierra para que no se pierda. Veréis como la vais a disfrutar en esos días navideños después de las comidas, en la sobremesa con el café, en la tertulia con vuestros seres queridos.
(Cualquier duda me la podéis consultar). Gracias.