La protesta en la calle es fundamental pero hay que canalizarla hacia las instituciones a través de los partidos políticos que tengan el feminismo en el centro de sus políticas y lo realmente efectivo es que el movimiento feminista entrara en esos partidos para impulsar los cambios desde dentro, porque de esa forma, nos dejarán sólo las migajas.
Muy a pesar de la batalla de la derecha en dividir al feminismo y desinformar a la gente para sembrar dudas y crispación entre mujeres y hombres, el movimiento feminista ha conseguido un año después, marcar agenda política y estar presente e influir en los medios de comunicación. Pero hay que ir a lo importante, a cambiar las políticas desde las instituciones y para eso el movimiento feminista tiene que ser partidista, elegir el que defienda nuestros derechos y desechar a aquellos partidos de la derecha (C’S, VOX y PP) que quieren atentar contra ellos. En mi opinión, este es uno de los principales retos y aún queda la mayoría del trabajo por hacer.